Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.- Circular por calles, avenidas, centro de la ciudad, áreas comerciales, estaciones de minibuses, supermercados, barrios, da la impresión el gobierno de Luis Abinader y del PRD se desmorona.
La
cuestión se observa más
certeza ante las alegadas de empresa encuestadoras de que el presidente
Luis Abinader viene bajando la popularidad.
A su
vez, entienden el jefe de Estado debe estar preocupando el brusco descenso de
popularidad en la población, efecto negativo que podría estar atribuirse al
pobre desempeño de funcionarios en instituciones estatales “claves”.
Ahí
está la evidencia de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago,
cuyas autoridades son severamente cuestionadas por el pobre desempeño y falta
de soluciones cuestiones en el cobro excesivo, abusivo y desproporcionado a
clientes.
Se
mencionan falta de honrar compromisos en los ministerios de Educación, Agricultura,
Cultura; en el caso del Inespre, dicen ha fracasado en sus planes de ventas
populares a sectores necesitados.
Inestabilidad
en los precios de alimentos de primera necesidad, las medicinas, desorden en el
transporte, descontrol de los combustibles, falta de orden en la migración
haitiana, robos, atracos, asaltos, delincuencia, criminalidad, inseguridad
ciudadana.
Abandono
de las bases del Partido Revolucionario Moderno-PRM- que llevaron al presidente
Luis Abinader al solio presidencial quienes se quejan por la falta de
colocación en empleos.
Incapacidad
de funcionarios que ostentan posiciones cimeras que no reciben ni dan oportunidad
a las bases del partido.
Falta
de fuentes de empleos a jóvenes, por cuya razón se ha incrementado la
delincuencia en provincias del país.
Desde
la victoria electoral en el 2020 del PRM y Luis Abinader a la presidencia con
un alto porcentaje que lo llevó a desplazar del poder al Partido de la
Liberación Dominicana, la popularidad del mandatario era elevada.
Sin
embargo, hay quienes dicen el carisma del jefe de Estado ha “caído” estrepitosamente
al estilo de una nave que ha perdido el control.
En
los corrillos citadinos aseguran el presidente Luis Abinader se sitúa como una
nade sin rumbo que ha perdido la estabilidad.
Creen
el primer mandatario de la nación tiene rápidamente dar un giro de 180 grados
en el tren gubernamental, incorporando a los perremeistas en cargos claves,
sacar a los ineficaces, crear fuentes de trabajo con personas de experiencias
que se “fajaron” en campaña y hoy están desempleados.
Endurecer
las medidas a enfrentar los fenómenos de combate a la inestabilidad generada
por el auge de la delincuencia, criminalidad, inseguridad ciudadana; encausar
alternativas que bajen los precios de los alimentos, medicinas.
Agregar
perspectivas a los niveles de vida de la gente; fortaleza en la estructura
presidencial que se observa con niveles de debilidad en las acciones contra los
males que erosionan al sistema democrático.
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