Agricultores al Nordeste de Brasil convirtieron un desierto en un terreno productivo.
Había cactus, suculentas y
árboles para una región de vegetación espinosa, contrasta con los pastos
degradados y los suelos desnudos circundantes.
El ingeniero retirado
Nelson Araújo Filho, de 66 años fe el artífice de este proyecto.
Comenzó a trabajar el suelo
que estaba compactado, no producía nada y con técnica ahora produce.
Sentado a la sombra de un
árbol, Araújo dice por años en esos terrenos, que pertenecen a su padre, se
sembraba maíz y mandioca.
Luego se convirtió en pasto
para el ganado.
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