Luis Peña Valverde.Monte Plata, R.D. Un albañil que duró 12 años preso en la cárcel de La Victoria sin acusación ahora ha demandado al Estado Dominicano en comprensión y que se reparen los daños ocasionados.
Luis Peña Valdez, de 55 años
de edad, no tiene cédula de identidad, nunca ha sido declarado en la Oficialía
Civil y es oriundo de Batey Verde, en la provincia Monte Plata.
Fue apresado por la Policía,
a quien “encerrado y votaron la llave”; nunca fue presentado ante un juez, pese
a pedir ayuda y nadie lo escuchó.
Relata que los policías que
lo apresaron fueron pagados por un ingeniero a quien le hizo un trabajo de
albañilería muy fino por valor de 35 mil pesos y cuando fue a la casa cobrar se
negó a pagarle.
Y quien me metió preso fue la
hija del ingeniero que ella nunca salió de la casa y llamó a la Policía y me
trancó sin permitirme decir una palabra, relata Julio Peña Valdez.
De su caso trabaja una
legación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en busca de “justicia”,
No tiene condiciones mínimas
para pagar abogados y la Comisión de Derechos Humanos lo asistirá.
Se trata que el Estado Dominicano
asigne una compensación económica para que Luis pueda seguir sobreviviendo”,
dijo Manuel María Mercedes, presidente de la Comisión.
Mercedes dijo si el Estado
Dominicano no indemniza a Luis Peña Valdez, el caso será llevado ante
organismos internacionales.
El jurista define este caso
de “conmover” y revisará en las cárcel para determinar si existen otros
similares al de Luis Peña Valdez.
Pudo sobrevivir en prisión
por la solidaridad de presos que le daban ropas a lavar, un poco de comida,
desafiando riesgos, impedido de reclamar, para no ser golpeado.
Aprendió que ahí no se puede
ser rebelde.
“A cualquiera lo matan y cuando
yo iba a cobrar mi cuarto por lavar las ropas, le decían no hay dinero”.
“Ahí se apretaba la tuerca
porque ellos decían no hay dinero y nadie no podía poner a protestar”.
“Si reclamaba lo primero que
hacían era que le halaban a uno un cuchillo”.
“Y lo triste es que si usted
volvía y protestaba le clavaban un cuchillo en el cuerpo y ahí lo jodían”,
relata Luis Peña Valdez.
Narra que se comía su chao, aunque
era de mala calidad, pero era la que había.
Así pasó 12 años preso sin acusación,
pero agradece a Dios que nunca tuvo problemas con ningún preso ni con policía.
“Y quiero decirle que la
oveja mansa se mama su teta y la ajena” y todo va en paz.
Ha vuelto a su pueblo, el Batey
Verde, en la provincia Monte Plata, a donde dejó su familia cuando fue apresado
sin violar la ley.
“Mi familia son gente de
campo, gente que le huye a los problemas y yo si había hecho una cosa, ta’
bien, pero yo no lo hice”.
“Mi familia no es de cacarear,
ellos se han agacha de todo por no hablar”, dice.
“Pero ahora le voy a explicar
la situación, son gente seria que no son de problemas, gente que cuando le
hablan de justicia o de la Policía”.
“Mi familia es que si tienen
problemas para no molestar se atreven a mudarse para otro lao’, esa gente mía
son así”, contó.
Explicó su situación varias
veces sin tener ninguna respuesta.
Ahora en libertad, no tiene
un solo “quiquí” para seguir adelante.
Pero lo más importante ahora
es que “Yo salí de ahí donde estaba preso sin tener problemas”.
“Aquí el doctor Manuel María
Mercedes, presidente de los Derechos Humanos me compró comida, la cena para
amanecer “jarto”, y me dijo que me estará dando la vuelta por aquí”, dijo.
“Hay que buscar dinero porque
esa gente no va a correr sin gasolina”,
“Lo más importante es que no
guarda rencor, agradece a las autoridades haber dejarlo libre”.
“Muchas gracias por lo que
han hecho conmigo y agradezco todo mientras esté vivo”.
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