De qué sirve que el
presidente Luis Abinader luche por un mejor país cuando tiene a funcionarios en
instituciones claves que evidencia incapacidades.
La gestión de Andrés Burgos,
Gerente de Coraasan y de Nicolás Arias en Relaciones Públicas plagada de
incapacidad y de irrespeto.
La
incapacidad se presenta de múltiples variables como en lo sanitario, gestión, territorial,
psicosocial, personal, económica, normativa, correcta, adecuación, salud, sociales,
normativas y encomendadas.
Son procesos que a quienes la
padecen les causan bajas prolongadas, lumbalgias, ansiedad, trastornos
adaptativos, depresión y debieran de abordarse con atención temprana para
evitar su extensa duración.
Si nos inclinamos por la
variabilidad territorial en incidencia, duración, prevalencia y autónomas, observaremos
que se reflejan en las comunidades de forma diferenciada siendo las más afectadas
cuando no se actúa con el abordaje normativo y donde existe el descontrol más
socavado de quienes dirigente una institución.
La
incapacidad temporal es iniciada, seguida y finalizada en la mayoría de las
situaciones cuando los pilares departamentales son designados de forma “errónea”
y que no cuentan con la aceptación mayoritaria.
Eso evidencia que en sus
desempeño no reporta mejor control de las situaciones que tienen y deben
manejar por el bien colectivo.
La mejor valoración de la
situación de incapacidad laboral precisa la falta de evolución, conocimiento pleno
en el trabajo, carencia de singularidad que constituye una enfermedad afectando
a gran segmento social.
Esa incapacidad impide a los
cabecillas de áreas adecuarse a las situaciones a manejar, implantar protocolos
de actuación y su formativa.
La correcta gestión institucional
debe interrelacionarse con la realidad laboral, mística de la empresa, capacidad,
manejo familiar, domicilio, factores sociales y económicos.
La clave es, una gestión real
debe estar basada en capacidad laboral, gestión efectiva, estar en salud
mental, emocional y laboral.
Traigo esto a colación, en el
entendido de que la incapacidad está
determinada dentro de los humanos depende
de la acción de gestión y manejo dada a situaciones presentadas en su rol y
desempeño.
No estoy pidiendo favores,
exijo un servicio eficiente, porque pago para eso.
Desde que llegó la presente administración a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago, desde mi punto de vista no había llegado dos personales que muestren más incapacidad, irrespeto y deterioro que el Gerente General Andrés Burgos y su asesor de comunicaciones Nicolás Arias.
La incapacidad, conlleva a la
disminución, perdida, anulación de la credibilidad y confianza que una sociedad
debe tener en una institución pública o privada.
Hay incapacidad permanente y contributiva ante situaciones de un trabajador a quien se le sometida a un
tratamiento prescrito, que presente reducciones anatómicas, funcionales graves,
susceptibles de determinación objetiva, previsible definitivas, que disminuyan su
capacidad laboral.
Desde que llegó la actual y
podredumbre de gestión de Andrés Burgos, la que ha sido muy cuestionada en la sociedad
en el edificio donde vivo en la calle Canabacoa, cera de la Urbanización Cruz
de Mary López, la ineptitud se ha impuesto cuando una brigada de la actual y
mal llamada gestión de Coraasan realizó unos trabajos en las acometidas, dizque
para una mejor prestación en el servicio.
Para desgracias el más
afectado con la “chapucería” de trabajo ha sido quien suscribe que desde hace
más de seis meses el agua no fluye con la capacidad de antes y hay ocasiones en
que dura hasta 15 y 20 y no sube una gota de agua a la cuarta planta, aunque a
las demás del mismo nivel llega a granel.
Con el Gerente General INGENIERO
AGRONOMO Andrés Burgos con quien tuve el honor de ayudarle en la campaña
electoral cuando aspira a alcalde en Santiago en el año 2000 y luego en la
oficina de Relaciones Públicas de la Regional Norte de Agricultura, hemos twitiado
respecto a esa problemática y me declinó, lo comprendo a su asesor en materia de
comunicaciones Nicolás Arias.
La visita a esa oficina me
causó esperanza, pero todo ha sido frustrante para mi persona, y juró no volver
jamás y menos aceptar llamada telefónica suya para no quedar como ridículo y en
engañado de nuevo.
Confieso que tengo “lobanillos”
en los pies de viajar a las oficinas centrales ubicadas en la calle
Circunvalación en Nibaje, de Coraasan a exponerle a Nicolás Arias y a Servicio
al Cliente el viacrusis que estoy padeciendo y la respuesta ha sido la
indiferencia.
Porque conozco mis derechos y
deberes ciudadano, y a pesar de la deficiencia y atropello recibido nunca he
dejado de pagar cada mes la factura de la mal llamada nueva gestión en Coraasan
para tener derecho a exigir, aunque ladro en el Desierto de Sahara, porque
nadie escucha mis reclamos, y así en Santiago hay miles de personas que se
quejan del mal servicio de esa institución.
Perdí la vergüenza y este martes
llamé a Servicio al Cliente exponiendo de nuevo mi queja y me dieron el número
de reporte 719683 y mi contrato es 01225522.
Aclaro, que como ellos
vinieron a hacer la chapucería de trabajo, sin avisarle a nadie, pero que
vengan y corrijan esa problemática a escondida como lo hicieron anteriormente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario