8 abr 2021

La reforma policial y sus “cucos”. Ojalá que no aporte.

En esta reforma, que es dudosa y cuestionable hay destinado cuasi 300 millones de pesos para los miembros de la comisión que trabajará en ella. 

Por Marcelo Peralta

La reforma policial que inició el gobierno de Luis Abinader busca revisar, reestructurar ese organismo a lo interno, externo que respeten los derechos humanos, preserve el óptimo deber del Estado, rinda cuentas claras, que los agentes actúen y convivan en buena lid con los ciudadanos.

Desde el ámbito de la pureza, en principios "el espejo se ve brillante, interesante", sin embargo, no así desde los intereses de los sectores que obtienen beneficios con el desorden, corrupción, mafias, torpedeos, en que hay muchos que se nutren la podredumbre dentro de la Policía.

Esa es una institución podrida de la cabeza a los pies, una entelequia que ha perdido respeto ciudadano, desconsidera a quienes aportan impuestos para pagar los sueldos sean irrisorios o no, con el perdón de algunos de sus agentes dignos de elogios.

Si las intenciones del Presidente Luis Abinader es tener una policía renovada, anhelada por el pueblo, lo aconsejable sería desmantelar las mafias que hay dentro y fuera de la institución.

Debe investigar el por qué tantos generales cobrando sueldos de "hambre" como dicen muchos, están gordos como "puercos en pocilgas” y dueños de lujosos negocios.

Hay quienes tienen villas en los complejos hoteleros de lujos, casas de campos en montañas, mansiones en varias regiones del país, negocios, vehículos costosísimos, millones de pesos en instituciones bancarias, propietarios de estaciones de combustibles, hileras de camiones tanqueros, volteos y de complejos habitacionales.

El gobierno de Luis Abinader, que en ocasiones se observa estar "luchando solo y como si fuera un barco a la deriva", no obstante debe averiguar a muchos miembros de la Policía que manejan redes de narcotraficantes, bancas de apuestas, loterías, cadenas de tiendas con productos exclusivos y dizque ganando sueldos irrisorios.

La cuestión de la nueva Policía debe ser minuciosamente estudiada por expertos internacionales y nacionales ya que es  instrumento de represión y de violación sistemática de los derechos humanos, y metida, de manera constante en hechos reñidos contra la solvencia moral.

Y no vemos que los miembros de la cuestionada comisión creada por el presidente Luis Abinader, con excepción de algunos integrantes, tenga bien puestos “pantalones, las faldas y el coraje” para hacer una reforma que desarticule la nebulosa existente dentro de la Policía.

Todavía hay tiempo de modificar esa comisión, sustituir algunos miembros que son figuras decorativas, que han estado en comisiones anteriores ya que los resultados ofrecidos, lejos de ayudar ha sido una frustración social.

A nuestro parecer, se deben incorporar personas sin compromisos sectoriales, capacitadas, entrenadas, conocedores, especialistas, expertos internacionales y nacionales con capacidad en temas, iniciativas y cuestiones de reforma que expulsen de la Policía a perpetradores, violadores de derechos humanos.

Tienen que ser cautos en sus estrategias y deben propugnar para que saquen a esos criminales, desmantelar de las estructuras mafiosas, que reduzcan los abusos, violadores a los derechos ciudadanos, que saquen y metan a la cárcel a quienes se enriquecen mediante sobornos y extorsiones en la Policía.

La reforma en la Policía pueden incluir examen de historiales personales de muchos miembros, miembras, reclutamiento para impedir el acceso a la función pública; sancionar a los jerarcas responsables de abusos,  corruptos, encubridores de narcotraficantes, ladrones del erario público, asociaciones de sicarios, mejoría salarial, mejor ambiente laboral, obligatoriedad de los miembros en hacerse profesionales y condiciones adecuada de sus familiares.

Esa reforma estructural, debe fomentar la integridad, legitimidad, premiar el rendimiento de sus integrantes, desarrollo de la independencia, representatividad, incremento de la receptividad, monitorización con la creación de organismos de supervisión públicos, visibles que rindan cuentas del comportamiento de los agentes.

La revisión debe incluir la transformación del marco legal, aprobación, enmiendas, firma de tratados de defensa de los derechos humanos, garantía a la protección de los ciudadanos, fomento del desarme de los delincuentes, desmovilización, disolución de grupos armados que cometen robos, atracos, asaltos, secuestros, extorsiones, hechos, que en la mayoría de los casos son cometidos por agentes activos de los organismos de seguridad del Estado.

Además, otros que han sido expulsados por malas conductas de los organismos armados, quienes al salir van a las calles con MAESTRIAS en las cuestiones malignas, quienes se dedican a formar escuelas de entrenamientos para formar bandas de delincuentes, que en ocasiones, reciben entrenamientos de delincuentes haitianos, colombianos, mexicanos y otras naciones pertenecientes a pandillas para ir a las calles a hacer DIABLURAS.

Esta revisión debe tener un tema esencial como es la educación que esté acompañada de programas de formación, que conozcan las leyes vigentes en materia de derechos humanos, derecho humanitario, ética, leyes, reconocer que las víctimas son ciudadanos con derechos, en que se pueda reconstruir la confianza entre ciudadanos y policías.

Planes que favorezca y fomente la libertad de los ciudadanos, campañas de información sobre derechos ciudadanos, reformas simbólicas, las disculpas públicas a la hora de cometerse indelicadezas y dejar de encubrir a los criminales y sus acciones indecorosas.

Debe primar la eficacia de la reforma, que el agente que quiera salir de la institución que se les permita irse cuando cumpla las exigencias de años establecidos en la institución.

Que haya una política de justicia transicional global que incluya juicios, medidas de búsqueda de la verdad y reparaciones para las víctimas cuando sus derechos son violados por la Policía.

Y que se introduzcan otros enfoques de la justicia transicional para asegurar que la nueva normativa de los cuerpos de seguridad incluya principios en manejos de conflictos, seguridad de movilidad sin violación de las leyes.

Establecer directrices sobre cómo revisar el historial de los agentes cada tiempo, que se actúe con prevención, justicia, que se hagan censo frecuentes de sus agentes respecto a sus niveles de finanzas.

Sacar de las instituciones privadas a los agentes de seguridad que el pueblo paga sus impuestos para su protección, que dejen de estar cuidando  y bañando perros en las mansiones de ricos cuando ellos pueden pagar su seguridad privada.

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