Por Marcelo Peralta.
No conozco personal a Leonardo Faña.
Pero su caso judicial vuelve a desnudar lo frágil que es el sistema judicial.
Mandarlo a la cárcel es una decisión caótica, y a la vez sospechosa.
Son decisiones que surge a causa del deterioro del sistema político dominicano.
La decisión que parece mágica que sale de un acto con poco sustento.
Es una decisión que parece que surge de un grupo donde la mayoría se va a hacer eco del líder en forma acrítica.
El Ministerio Público actuó por mandato de la Ley, al considerar que había elementos que ameritan la sanción a pesar de que la querellante después de negociar se fue del país.
Pero, el sistema judicial se fue por el lado más drástico.
Este sistema se dice que es independiente, sin embargo, el mismo no tiene dientes.
La Ley hay que aplicarla a los infractores sin importar jerarquía.
Algunos se han alegrado de que: ¡Ya tengo la solución!.
Ese nivel de voracidad continuará contra los violadores de las leyes.
¿Es algún tipo de subterfugio fuera de lo común?.
Eso parece una especie de broma, pero Faña deberá aceptar la realidad de convivir durante dos meses entre delincuentes, narcotraficantes y mafiosos.
Esta sociedad se orienta hacia rumbos muy raros y sospechosos.
Esa es una decisión torpe y llena de barbarie y de estupidez.
¿Qué te parece?.
Ojalá que esto no se convierta en un “relajo”.
Aquí muchas cosas se ponen de moda y se quedan intactas.
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