Cada vez es mayor el número de jóvenes que
se descarrilan por la ambición y el afán de tener dineros fáciles.
Las conductas de estos jóvenes dependen
del ambiente y del ingreso que las personas tienen.
Hago referencia del joven Gilberto
María Almánzar Bueno, de 29 años, estudiante de arquitectura y nativo de
Sabaneta en la provincia Santiago Rodríguez.
Almanzar Bueno, procedente de
familias muy honorables fue arrestado en un chequeo montado por una patrulla de
la Policía Preventiva en la calle Penetración, esquina Doble Vía en el sector
Villa Olímpica en la zona Sur de Santiago al que, supuesto hallaron medio kilo
de cocaína dentro de la camioneta en la que conducía.
De ser así, este joven ha caído
en una gran trampa y es como decir que el
papel que tienen en la sociedad, en qué medida se
relaciona con las personas.
Lo hacen cuando la ambición extrema bordea la adicción y la persona que padece esta patología
no vive feliz ni conforme con nada, porque siempre quiere más.
Por decenas se puede contar la cantidad de ellos y
ellas que dejan de estudiar una carrera, recibirse, trabajar de lo estudiado,
comprarse un auto, una casa, formar una familia.
Son algunas de las metas que muchas personas
persiguen, pero a otras con sólo eso no les alcanza, porque lo que buscan
es poder económico, y una vez obtenido quieren y desean más.
La ambición es
el deseo de conseguir unas metas concretas que el sujeto se propone.
Y una vez logradas, son sustituidas por otras cada vez
más tentativas y lo que van a parar es a la cárcel o al cementerio.
Se dice que las personas ambiciosas llegan a más en la
vida, logran sus objetivos con éxito, mientras que los que carece de ambición
se conforman con pocos logros y no suelen plantearse nuevas metas.
La ambición se puede
privilegiar y el querer llegar a ser alguien aunque tengan que sacrificar a una
familia entera.
Esta los empuja hacia un destino al que
nunca se arriba y en donde divide al sujeto y lo 'agujerea'.
Es una pulsión que lo
arrastra hacia lugares donde puede encontrarse peligrosamente fuera de su
propio eje".
Hay que decir que la ambición parece que siempre va
adelante del sujeto, lo arrastra,
lo hace desear siempre algo más, y su sensación de vacío se transforma
en una insatisfacción absurda.
Esta definición nos ilustra por qué siempre le hace falta algo más al ambicioso,
de tomarlo compulsivamente ostentoso en sus fines".
Muchos de esos jóvenes se involucran en una ambición desmedida.
Hay quien podría justificar esta actitud afirmando que
la felicidad se basa en estar contento con lo que uno es, pero el ambicioso
puede estarlo, desear y aspirar a otras metas.
La ambición
patológica sobrepasa todos los límites de la normalidad, hay un afán
desmedido por lograr más y más, generalmente poder, riqueza y fama.
Este deseo puede convertirse en una idea obsesiva que
domina la vida del individuo condicionando su conducta general y su relación
con los demás que se deteriora en un plazo mayor o menor.
El que sufre esta ambición patológica plantea su vida
en exclusiva según sus objetivos, el resto de las actividades y las personas
queda relegada a un segundo plano.
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